Silas es un chico inteligente, estudioso y dulce. Hijo de agricultores, tiene cuatro hermanos. Es trabajador, dedicado y admirado por su padre. Su humildad es cautivadora: se olvida de sí mismo y vibra con las alegrías de sus hermanos. Su alma está radiante, pero su cuerpo está lejos de ser tan hermoso. Silas tiene una joroba y su apariencia molesta a algunas personas: labios gruesos, dientes saltones, ojos pequeños, nariz chata... Víctima del sarcasmo de quienes lo rodean, Silas perdona a todos, incapaz de guardar rencores o remordimientos.
Por qué Dios permite que una criatura tan bondadosa sufra tanto? A qué se comprometió este muchacho para reencarnarse en condición de minusválido físico?
Abre las páginas de El Castillo de los Sueños y desentraña un gran misterio que se revela en su totalidad en los dos planos de la vida...















