Por algunos años me he dedicado a meditar y a enseñar sobre el carácter de Dios y el énfasis que encontramos en las sagradas escrituras de que adaptemos esos atributos y los hagamos parte de nuestras vidas. Este conocimiento me ha llevado a hacerme la pregunta: Qué es lo que a Dios realmente le espera de sus hijos? A la conclusión que he llegado es que a Dios le interesan dos cosas, por sobre las demás. Primero, Dios quiere restaurar en nosotros su imagen con la que fuimos creados en un principio. Segundo, Dios quiere que aprendamos a tratarnos y a que vivamos como verdaderos hermanos. Me he sentido culpable de que mis acciones muchas veces no reflejan esos atributos este libro voy a presentar un modelo que no solo nos puede ayudar a lograr una familia de acuerdo con las expectativas sociales de nuestro tiempo. Estos valores nos pueden llevar mucho más allá de lo que podemos imaginar o pedir. La base para poder hacer una aseveración tan prometedora se debe a que vamos a usar el carácter de Dios como modelo. Al hacer nuestros los atributos que son parte del carácter de Dios estaremos formando individuos y familias a imagen de Dios.