En esta obra aparece la dualidad en la figura de un sacerdote. Por una parte es hombre, se involucra con una importante labor social y personal, además de sentimental; por otra es una figura religiosa y se debe a unos votos. Pero no se conforma con lo que ha aprendido en el Seminario. Su fe está viva, pero su inteligencia, y el poder acceder a ciertas informaciones que desvelan el misterio del origen de la civilización, hacen que, para él, la iglesia no sea solo el lugar de culto, sino la propia Naturaleza con su lenguaje por descifrar. Sinopsis: El padre McGrath ha sido destinado recientemente a Kilkenny para ocupar el puesto de reverendo en la iglesia de Santa María. Sus ideas renuevan el panorama social, cosa que no agrada a determinadas personas que ejercen cierto poder en la localidad y que quieren controlarlo todo. Esther es una joven pura de espíritu, que descubre la belleza presente en todas las manifestaciones de la Naturaleza. Huye de Wexford, su ciudad natal, debido a la obsesión enfermiza de su marido. Sus padres la animan a que siga su propia intuición para encontrar su camino, libre del acoso que viene sufriendo. Comienza una nueva vida en Dublín. Va siguiendo las señales que van apareciendo, las cuales van indicando algo importante por descubrir. Se embarca en un viaje iniciático que la lleva a una de las ciudades más bellas de Irlanda, Kilkenny, donde desplegará todas sus ansias por vivir en plenitud. Allí experimentará la fuerza de la Tierra, la gran generosidad que manifiesta dando buenas cosechas, si se ha puesto todo el empeño en conseguirlo. Vivirá emocionantes momentos en todos los aspectos, conociendo a personas, como el reverendo Mc Grath, que no es un simple sacerdote. Es alguien muy especial que derrumbará el castillo de naipes de los que actúan desde las sombras.